"En el marco exclusivamente mágico, podemos decir, que existió una tradición Solar importante en Egipto cuya sagrada ciudad era Heliópolis . Las creencias de este sacerdocio están recogidas fundamentalmente en los "Textos de la pirámides" y en el "Libro de los muertos" y realmente son las que han influido dentro del campo de lo oculto y en toda la tradición Rosacruz. Dentro de esta tradición tenemos a los dioses Isis, Osiris, Set y Neftis, Horus ,Anubis, Ra etc."1
"Otras tradiciones importantes, son la de Menfis con el dios Ptat a la cabeza como gran arquitecto, de donde proviene la tradición Masónica. Y finalmente, la Ogdoádica, en la ciudad de Hermeópolis, con Thot como dios principal., de ella descendería el gnosticismo griego."1
"Una de las características mas interesantes de este sistema es su elemento extraño en su propia cultura, es decir, pareciera que un momento histórico, los nativos egipcios hubieran entrado en contacto con una civilización superior, que unos identifican con la antigua Atlántida y otros con visitantes del espacio."1
"Otra característica importante es su ceremonial, casi siempre en los templos, de gran solemnidad y lo que se conoce como "La asunción de la forma divina", que consiste en que el mago asume la forma del dios invocado y en esos momentos él y el dios son uno. "1
"Los rituales mas conocidos, son los de la muerte y renacimiento de Osiris, el juicio de los cuarenta y dos asesores en el salón de Maat. Su emblema principal es Anj."1
"El mago y el uso de la palabra como instrumento mágico
En Egipto todos los rituales de la religión y de la magia estaban fundamentados sobre el conocimiento de los nombres de los dioses, las personas, los animales, y las cosas.
Por otra parte, el nombre constituía uno de los nueve elementos esenciales que, según ellos, componían el ser. En realidad los egipcios creían que el nombre de los diferentes seres y entidades era de alguna manera como la fórmula secreta que resumía en sí misma su esencia y su estructura.
Controlar el nombre de los seres equivalía a poseer poder sobre ellos. Pero, para que el acto de emitir el nombre de aquél sobre el que se quería actuar tuviera la fuerza creadora del Verbo, era necesario ser lo que los textos llamaban un Maa-Jeru, ‘Justo de Voz’; es decir, que el mago actuante, tenía que poseer una voz apropiada y en armonía con la naturaleza del objeto sobre el que el mago iba a actuar y adecuado al medio físico en el que se iban a realizar las actuaciones mágicas.
Se ha dicho que, en Egipto, el sacerdote suplicaba, mientras que el mago ordenaba.
El culto de los dioses se hacía por medio de fórmulas apaciguadoras que facilitaban la presencia divina en las capillas y sobre las imágenes que les servían de sede material. Por el contrario, el mago, conocedor de la naturaleza de los seres y de las cosas, ordenaba con el poder de su palabra, para conseguir la sumisión de aquéllos a su voluntad.
En Egipto, los magos recibían el nombre de Rej-ijet, ‘el conocedor del rito’ y la palabra magia se reconoce con el término Hekau.
El conocimiento, la iniciación, eran pues, esenciales para poder utilizar la fuerza de la magia por el uso del Verbo Creador. Los magos en Egipto tuvieron la consideración de una especie de oficiales públicos al servicio del rey, cooperadores con él en las funciones del mantenimiento del orden cosmológico. Ellos eran los encargados de ejercer la magia como sacerdotes, en sustitución del propio faraón, el mago por excelencia de todo Egipto, pues él poseía las Dos Coronas, la Roja y la Blanca, que eran los más poderosos instrumentos mágicos.
Estos profesionales de la magia, por así decirlo, ejercían sus funciones dentro de un marco oficial, como parte del sistema de orden y organización del cosmos y del mundo egipcio, y pertenecían a un estamento profesional formado en las Casas de la Vida de los templos.
La magia, conforme al pensamiento egipcio antiguo, consistía en la facultad de poseer el poder que ellos llamaban ‘Heka’. En realidad, todos los textos religiosos egipcios vienen a indicarnos que el ‘Heka’ era un atributo de los dioses y, por extensión, del rey, y, básicamente, consistía en el profundo conocimiento de la naturaleza del universo y de sus medios sensibles, condiciones que aseguraban su control en beneficio de la humanidad. "2
En Egipto todos los rituales de la religión y de la magia estaban fundamentados sobre el conocimiento de los nombres de los dioses, las personas, los animales, y las cosas.
Por otra parte, el nombre constituía uno de los nueve elementos esenciales que, según ellos, componían el ser. En realidad los egipcios creían que el nombre de los diferentes seres y entidades era de alguna manera como la fórmula secreta que resumía en sí misma su esencia y su estructura.
Controlar el nombre de los seres equivalía a poseer poder sobre ellos. Pero, para que el acto de emitir el nombre de aquél sobre el que se quería actuar tuviera la fuerza creadora del Verbo, era necesario ser lo que los textos llamaban un Maa-Jeru, ‘Justo de Voz’; es decir, que el mago actuante, tenía que poseer una voz apropiada y en armonía con la naturaleza del objeto sobre el que el mago iba a actuar y adecuado al medio físico en el que se iban a realizar las actuaciones mágicas.
Se ha dicho que, en Egipto, el sacerdote suplicaba, mientras que el mago ordenaba.
El culto de los dioses se hacía por medio de fórmulas apaciguadoras que facilitaban la presencia divina en las capillas y sobre las imágenes que les servían de sede material. Por el contrario, el mago, conocedor de la naturaleza de los seres y de las cosas, ordenaba con el poder de su palabra, para conseguir la sumisión de aquéllos a su voluntad.
En Egipto, los magos recibían el nombre de Rej-ijet, ‘el conocedor del rito’ y la palabra magia se reconoce con el término Hekau.
El conocimiento, la iniciación, eran pues, esenciales para poder utilizar la fuerza de la magia por el uso del Verbo Creador. Los magos en Egipto tuvieron la consideración de una especie de oficiales públicos al servicio del rey, cooperadores con él en las funciones del mantenimiento del orden cosmológico. Ellos eran los encargados de ejercer la magia como sacerdotes, en sustitución del propio faraón, el mago por excelencia de todo Egipto, pues él poseía las Dos Coronas, la Roja y la Blanca, que eran los más poderosos instrumentos mágicos.
Estos profesionales de la magia, por así decirlo, ejercían sus funciones dentro de un marco oficial, como parte del sistema de orden y organización del cosmos y del mundo egipcio, y pertenecían a un estamento profesional formado en las Casas de la Vida de los templos.
La magia, conforme al pensamiento egipcio antiguo, consistía en la facultad de poseer el poder que ellos llamaban ‘Heka’. En realidad, todos los textos religiosos egipcios vienen a indicarnos que el ‘Heka’ era un atributo de los dioses y, por extensión, del rey, y, básicamente, consistía en el profundo conocimiento de la naturaleza del universo y de sus medios sensibles, condiciones que aseguraban su control en beneficio de la humanidad. "2
Bibliografia:
1 Magia egipcia, localizada en http://www.circulodorado.com/magiaantigua/magiaegipcia/index.html
2 la magia y los magos en el egipcio faraonico, localizado en: http://www.tendencias21.net/egipto/La-magia-y-los-magos-en-el-Egipto-faraonico_a80.html
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